domingo, 19 de abril de 2009

CUÁNDO Y DÓNDE PUEDO RECIBIR LA SALVACIÓN?


La salvación se puede recibir a cualquier hora y en cualquier lugar. Ahora mismo, si usted lo desea, puede hacerlo mediante una oración en la que emplea la fe que Dios ya le ha dado. Al orar, tome los siguientes pasos:

1-Reconozca que es pecador (confesión de pecados)
2-Pídale perdón a Dios por haberlo ofendido (arrepentimiento)
3-Declare con sus labios que Cristo es el Hijo de Dios que murió y resucitó al tercer día para salvarnos (profesión de fe para salvación)
4-Entréguele el control de su vida a Cristo (compromiso personal de vivir para Cristo)
Al hacer las paces con Dios y recibir a Cristo como su Salvador, las demás dificultades se solucionarán más fácilmente porque Dios le va a cambiar completamente. La Biblia dice que el creyente en Cristo deja de ser el mismo de antes y se convierte en una persona totalmente diferente. Disfruta de una paz profunda y comienza a amar a otros y a aceptarse a sí mismo. ¡Y surge una nueva vida! «Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!» (2 Corintios 5:17).
Si usted hizo esta oración, ¡felicitaciones y bienvenido a la familia de Dios! Si aún no la ha hecho, tenga por seguro que Dios seguirá poniendo de su parte para atraerle a la salvación. Hágale caso. La decisión que usted tome afectará su vida por toda la eternidad. «Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano. Porque él dice: "En el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé." Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!» (2 Corintios 6:1,2)

PARA QUIÉN ES LA SALVACIÓN?


La salvación es para todos y se obtiene creyendo en el Hijo de Dios y aceptándolo como Salvador. «Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios…. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que

Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo» (Romanos 3:22,23;10:8-10). «Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida» (1 Juan 5:11,12).

Dios ama a todo pecador y no quiere que ninguno se pierda, pero debido a que es santo, Él odia el pecado. Por eso envió a su Hijo Jesucristo para salvar, cambiar y dar un nuevo corazón a los que le invitan a ser su Salvador personal. «Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3:16).

QUÉ ES LA SALVACIÓN?


La salvación consiste en pasar de muerte espiritual a vida eterna. «Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida» (Juan 5:24). «Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor» (Romanos 6:23).

El gran problema en el mundo es el pecado o la desobediencia a las leyes de Dios. El pecado nos separa de Dios, y sin Él, nos metemos cada vez más profundo en el pantano de la miseria, la confusión y la perdición. Dios ha decretado que la paga del pecado es la muerte espiritual eterna.

sábado, 11 de abril de 2009

Hoy… El Señor Me Sustenta.


No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaias 41:10

El día que fuí a llevar a mi hijo por primera vez a la escuela, recordé el día cuando el Señor me lo dió y él vino al mundo. Fue un milagro, no podia creer que ya era papá. Pero al ver ese pequeño en mis manos, pude decir, este es un milagro de Dios.

No era muy sentimental, pero ese día que el primer hijo nació, me torne muy sentimental, algo se volvió tierno dentro de mi. Sin embargo, el tiempo vuela rápido y al verlo ya un adulto, quedo sorprendido. Aún recuerdo como crecía año tras año y mientras el crecía, crecía también dentro de mí el amor y el cuidado por él. Hoy , se que que es igual con mi padre celestial.

Él ha prometido que jamás me dejará y que siempre me sustentará. Se que ha medida que envejezdo, su amor se renueva día a día por mi.

El Señor es tan bueno a nosotros, él promete nunca abandonarme. Él me sustenta con su mano derecha.

Oh, cómo yo quisiera seguir sustentando a mis hijos de la mano derecha, para prever cada paso que ellos dan y para llevarlos día a día por el buen camino y confortarlos cuando las cosas les salgan mal, pero ya no es posible, ya crecieron, pero para Dios yo aúnque crecido sigo contando con su mano.

Él sigue a mi lado y por eso yo lo exalto y lo glorifico con todo mi corazón. Por eso el Salmista pudo expresar con total confianza estas palabras: “ Tu misericordia es mejor que la vida y por ellos mis labios te alabaran,. Yo te bendeciré mientras viva y levantaré mis manos en tu nombre. Mi alma estará satisfecha y mi boca proclamará cantos de alabanza”. No es para menos, lo menos que puedo hacer para el padre que siempre me acompaña es adorarlo y exaltarlo.
Bendecido es el hombre y la mujer que se gozan en el Señor. Hay satisfacción interna profunda cuando valoramos la presencia y la compañía del Señor. Satisfacción al saber que estoy bajo la sombra de sus alas y rodeado por su amor bondadoso y colmados de bendiciones. Este es un buen día para caminar con esa confianza total en el padre celestial.

Señor, Gracias por sustentarme y sostenerme con tu diestra, por eso puedo decir a mi alma , bendice al Señor, Oh alma mía y no olvides ninguno de sus beneficios, porque él es quien perdona todas tus iniquidades y quién sana tus enfermedades y quién redime tu vida de la destrucción, quién te corona de favores y misericordias y quién satisface tu boca de buenas cosas y además quien renova tus fuerzas como las aguilas. Señor, en este día quiero vivir muy agradecido por tus bonddes y misericordias. Gracias por tu sustento y tu fuerza. Amén.

domingo, 5 de abril de 2009

Mi paz os dejo… mi paz os doy


Palabras literales del Señor Jesús a sus discípulos fueron estas:


“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”

(San Juan 14:27)Creo que hay algo de lo que carece la sociedad hoy en día y es precisamente de esta paz.Los seres humanos van por ahí gritando la palabra PAZ, de manera que terminen las guerras y los conflictos… Bueno esa es la paz terrenal o la paz que nuestra limitada mente puede entender.
Pero claramente, la paz de la que habló el Señor Jesús era otra pues dice, YO NO LA DOY COMO EL MUNDO LA DA.
Entiendo por tanto, que esa paz que ofrece el Señor NO ES la ausencia de problemas o conflictos, sino que es la Fortaleza para enfrentar los conflictos sin perder la razón.
Es la paz para pensar en las mejores decisiones, elegir los caminos mas adecuados y conservar la calma en medio de las tempestades.
La paz que Dios nos da es precisamente esa… la que te ayudará a navegar en tranquilidad en medio de un mundo tormentoso.No es la ausencia de problemas, es la grandeza para enfrentarlos.
Por eso habla de no tener miedo, el miedo te paraliza. Entonces, si tienes la paz de Dios no tendrás miedo a la tormenta, ni al mañana…