miércoles, 20 de octubre de 2010

CUADRO PERFECTO DE PAZ


Hace mucho tiempo un hombre buscaba el cuadro perfecto de paz. No encontrando uno que le satisfaciera, anunció un concurso para producir esta obra maestra. El reto movió la imaginación de artistas por todos lados, y los cuadros empezaron a llegar desde todas partes. Finalmente el gran día de revelación llegó. Los jueces descubrían los cuadros de paz uno tras otro, mientras que los observadores aplaudían y gritaban de alegría. Las tensiones aumentaban. Solo quedaban dos cuadros por descubrir. Mientras un juez quitaba la cubierta de uno, un gran silencio cayó sobre la multitud. Un lago suave como espejo reflejaba el verde ramaje bajo la suave sombra del cielo al atardecer. A lo largo de las verdes orillas, un rebaño de ovejas se alimentaban sin disturbio. Seguramente este cuadro era el ganador.El hombre con la visión descubrió el segundo cuadro él mismo, y la multitud se quedó sorprendida. Podría esto ser la paz?Una tumultuosa cascada de aguas corría a través de un rocoso precipicio, la gente casi podía sentir el frío y penetrante rocío. Nubes grises de tormenta amenazaban y estaban listas para explotar con rayos, viento y lluvia. En medio de los truenos y el frío amargo, un árbol quedaba pegado a las rocas colgado a la orilla de la cascada. Una de sus ramas se estiraba justamente en frente de las aguas torrenciales como si neciamente buscara experimentar su poder total.Un pajarito había construido un nido en el codo de la rama. Contento y sin disturbio en sus alrededores de tormenta, ella descansaba sobre sus huevitos. Con sus ojos cerrados y sus alas listas para proteger a sus pequeños, manifestaba paz que trasciendo a cualquier tumulto terrenal.

Juan 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

viernes, 15 de octubre de 2010

EL CISNE Y LA GRULLA


Hay una leyenda antigua acerca de un cisne y una grulla. El maravilloso cisne aterrizó a las orillas del agua donde estaba la grulla buscando caracoles. Por unos momentos la grulla miraba al cisne con asombro y luego le preguntó: “¿Oye, y de dónde vienes?”“Vengo del cielo”, contesta el cisne.“¿Y dónde está el cielo?”, pregunta la grulla.“¡El cielo!”, exclama el cisne. “¡El cielo! ¿Nunca haz oído del cielo?” Y el ave maravilloso empieza a describir la grandeza de la eterna ciudad. La contó acerca de las calles de oro, y las puertas y muros hechos de piedras preciosas…el río de la vida, puro como cristal…el árbol de la vida en cuyas hojas habrá sanidad para las naciones. En términos elocuentes el cisne intentó describir las multitudes quienes viven en el otro mundo pero sin tener el menor efecto sobre la grulla.Al final la grulla pregunta, “¿Y habrá caracoles en el cielo?”“¿Caracoles?”, repite la cisne. “¡Por su puesto que no!”“Entonces”, dice la grulla mientras continuaba buscando por sus caracoles cerca de las viscosas orillas del agua, “tu puedes quedarte con tu cielo. ¡Lo que yo quiero son caracoles!”.Así somos muchos de nosotros. Las cosas eternas son miles de veces superiores, pero no queremos dejar esos caracoles de nuestra vida. Dios, ayúdanos desear las cosas eternas.